En el corazón del lago de Maracaibo, en el estado Zulia, donde los relámpagos del Catatumbo danzan en un espectáculo celestial, se ocultan las historias de las comunidades de Ologá y lo poco que queda de lo que alguna vez fue Congo Mirador, poblados que parecen olvidados por el tiempo y el poder. Es una realidad de contrastes: la majestuosa luminosidad de un fenómeno natural único que invade la noche, frente a la penumbra del abandono que envuelve a sus habitantes. Entre el resplandor de los relámpagos y las sombras del olvido, se teje la lucha de venezolanos que anhelan ser vistos y escuchados. Las luces y sombras del Catatumbo invitan a reflexionar sobre la belleza y la necesidad de un cambio.